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El pH es una medida que nos permite determinar el grado de acidez y/o alcalinidad de un elemento. El nivel de pH en el que se debe encontrar la boca en condiciones normales es de 6.5 a 7 considerándose un pH neutro a alcalino. La caries dental se desarrolla en niveles de pH ácido.
Bebidas gaseosas, aunque sean light o zero azucares poseen un pH de al menos 2,5 siendo bastante ácido y hasta parecido al pH del vinagre.
El ácido produce un ambiente favorable para las bacterias que causan la desmineralización de los dientes, haciéndolos más propensos a desgastes, caries y erosiones. Si se cepillan los dientes inmediatamente después de comer el proceso de desmineralización se va a intensificar ya que no solo se esparce el ácido por todos los dientes, sino que también se frotaría sobre los mismos potenciando aún más su efecto, volviendo los dientes más vulnerables.
Lo ideal después de la ingesta de alimentos es enjuagarse la boca con agua, y luego esperar 30 minutos para proceder con el cepillado dental. La saliva en la boca tiene la capacidad de regularizar por si sola el pH por medio de un proceso llamado capacidad Buffer, y requiere de aproximadamente media hora para restituir el pH de la saliva a su condición normal.
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